sábado, 13 de marzo de 2010

Notas de Tautenburg para Lou von Salomé. Fragmentos póstumos (Julio-agosto, 1882. Verano-otoño, 1882). [Selección]



Los números corresponden a la selección presentada en la Editorial Biblioteca Nueva; pretendo mostrar en cuatro partes estas Notas, tomando de cien en cien, pero destacando algunas de ellas, para abarcar las 450 que aparecen en ese libro. Los trabajos desarrollados en Más allá del Bien y del Mal, nos dice Nietzsche, tenían un pasado largo, eran meditaciones añejas en su mente, ello podríamos decir, queda totalmente clarificado cuando encontramos variaciones en aforismos conocidos, pero con serias variaciones por ejemplo: “374. No hay fenómenos morales, sino sólo una interpretación moral de ciertos fenómenos (-¡una interpretación errónea!)”. En esta selección encontraremos variaciones, trabajos distintos a muchos de los aforismos que aparecen en Más allá del Bien y del Mal, y con ello la posibilidad de tener una segunda opinión sobre los mismos –la de Nietzsche, ella debería importarnos más en todo caso; interpretes van y vienen buscando en ese laberinto llamado Nietzsche, una llave maestra para abrir toda su obra, todos sus aforismos, pretendiendo implantar términos de su obra temprana o tardía como finalidad de toda su obra; no es malo por antonomasia procurar algo así. Sin embargo, puede ser más importante dejar hablar a este autor, dejarnos seducir por ese laberinto, perdernos un poco entre esas paredes, entre esos callejones de argumentos e imágenes, no buscando en demasía, únicamente ansiando el encontrar un poco –posiblemente encontrarnos en esas reflexiones de lo humano.
Podríamos tomar muy en serio la actitud de corroborar la similitud entre estas notas y los aforismos de Más allá del Bien y del Mal, tomando como guía a estas Notas; es una posibilidad más, no obstante, los aforismos son αφοριζειν, cuestiones surgidas de la experiencia que no necesitan comprobación, presuponiendo del lector ciertos rasgos, o dejándolo confundirse frente a su falta de pericia. Una muestra de la similitud entre Más allá del Bien y del Mal y las Notas de Tautenburg es el siguiente:
145. Lo que se ha hecho por amor no es moral sino religioso.
153.
Lo que se hace por amor acontece más allá del bien y del mal. [1]
[Dejo un link para quien quiera leer una especial interpretación de este aforismo http://bluenotesblackmore.blogspot.com/2010/03/una-interpretacion-al-aforismo-153-de.html ]
Reitero mucho la posibilidad, las posibilidades, las diferentes lecturas viables con respecto a este autor, por el simple hecho de ser consecuente con algunas de las siguientes Notas: “En todo conocimiento de otras personas no se llega a salir de sí mismo, sino que cada vez se penetra más adentro”; ¿no será en todo caso, y en especial el de cualquier filosofo interesado en la Ética cuando se  habla de lo humano, de lo Bueno y Malo, del “Tú debes” que nuestro Bueno y Malo quieran tiranizar a los demás – que suja mi “Yo quiero”? Es una visión clara para Nietzsche; hasta en el conocimiento existe una voluntad de asir, de congelar el devenir, de cosificar la realidad. Encontraremos una y otra vez el problema del que conoce, en esta selección de Notas, así como el amor y la pregunta en diferentes formulaciones de la superioridad de nuestros impulsos por mor de nuestra supuesta racionalidad; quisiera ofrecer otra selección para mostrar en qué medida Nietzsche silencia el muy especial tema del conocimiento, del sujeto y también del yo haciendo frente a la anterior problemática. Pero no deseo retazar más la presentación de los siguientes fragmentos, espero que los disfruten.
1. A: ¿Qué significa la justicia? B: Mi justicia es amor con ojos que ven.  A: Pero considera lo que dices: ¡esta justicia exonera a todo el mundo, menos al juez! ¡Este amor no sólo soporta todas las penas, sino también toda culpa! B: ¡Así debe de ser!  
4. Quien no es capaz de ver la altura de un hombre tendrá, precisamente por ello, ojos de lince para sus bajezas.
8: Los que hasta ahora más han amado al hombre son lo que siempre le han hecho más daño: exigían de él lo imposible, al igual que todos los amantes.
9: Así hablo una santo: “amo a Dios –pues el hombre es una cosa demasiado imperfecta. El amor por un hombre me destruiría “.
18. Los sacrificios que ofrendamos sólo demuestran qué poco valiosas son las cosas cuando amamos algo.
22. Dar un nombre a su afecto es ya un paso más allá del afecto. El amor más profundo, por ej., no sabe nombrarse y se pregunta poco más o menos: “¿No seré odio? “.
23. Los afectos masculino y femenino son diferentes en cuanto al tempo: por ello el hombre y la mujer no paran nunca de malentenderse.
            En todo conocimiento de otras personas no se llega a salir de sí mismo, sino que cada vez se penetra más adentro.
24. Hacemos lo mismo en la vigilia que en el sueño: continuamente inventamos e imaginamos primero las personas con las que nos relacionamos –y olvidamos en seguida que ellas han sido inventadas e imaginadas.
34. ¿Crees en tu “vida tras la muerte”? Entonces tienes que aprender durante tu vida a estar muerto.
35. Nuestros defectos son nuestros mejores maestros: pero, para con los mejores maestros, se es siempre ingrato.
37. ¡Qué sabe del amor quien precisamente no se ve forzado a odiar lo que ama!
42. Me parece que las pompas de jabón y las mariposas y lo que pertenece a su clase entre los hombres saben de la felicidad mejor que nadie, ver revolotear a esas almas minúsculas ligeras, antojadizas, vivaces, gráciles –hace aflorar en mí lágrimas y versos.
47. Quien ha contemplado el ideal de un hombre, siente al hombre real como su caricatura.
50. El diablo alberga las mejores perspectivas para Dios: por ello se mantiene tan alejado de él –es ciertamente un amigo del conocimiento.

51.                              “Si tienes que arrancar la atadura,
alguna vez tendrás que morderla. “[2]

El matrimonio, la forma más falaz e hipócrita del comercio sexual, puede parecer apropiada a aquellos que no sean capaces ni del amor ni de la amistad y desen [ sic. ] engañar a los demás acerca de esa creencia: con tal fin el Estado y la religión han declarado sagrado el matrimonio, e igualmente aquellos que, por no tener ninguna experiencia en ambos, no pueden tampoco sentirse desengañados por el matrimonio.
52. El peligro del sabio en que justamente en que justamente lo que lo seduzca sea enamorarse de la insensatez.
55. Estar alegre en medio de la aflicción en general es asunto del héroe: y no es por compasión por lo que se entrega y “se sacrifica” -como se dice-, sino por riqueza.
60. El matrimonio es la forma más falaz del comercio sexual; y precisamente por ello tiene la buena conciencia de su lado.
62. Los hombres siguen a cualquiera que sepa convencerlos de que han perdido su camino: hasta tal punto le halaga escuchar que, después de todo, tienen un camino.
72. El amor saca a la luz las propiedades raras y elevadas de una persona, en la medida en que le engaña (a propósito de sí mismo en la mayoría de los casos). Más, quien no quiere ser engañado, tome en consideración lo que sucede cuando una persona se sabe amada, pero no ama: entonces su alma delata su sedimento.
76. Lo que una época considera como malo, en lo que reconoce la contradicción de su ideal, es en realidad es un colofón de lo que en antaño se tenía por bueno y, por decirlo así, el atavismo de un viejo ideal. Pecado original – es en toda circunstancia =virtud original.
79. Los sistemas filosóficos son la forma más modesta en la que alguien puede hablar de sí mismo –una forma balbuceante e imprecisa de memorias.
81. “No hay duda alguna, mucho han mentido y engañado los creyentes de esta causa: consecuentemente en esta causa es engaño y mentira” -tales son las conclusiones de los que piensan superficialmente. Quien conoce más profundamente al hombre concluirá por el contrario: “consecuentemente hay en esta causa algo verdadero: sus creyentes delatan así cuán seguros se sienten, cuán bueno les parece todo cebo con tal de que atraiga a alguien hacia su causa”.
84. ¿Qué más da si halagáis a un dios o a un diablo, si lloriqueáis ante un dios o ante un diablo? ¡No sois más que unos halagadores y lloricas!
85 Quien es cobarde hasta la medula, es habitualmente lo suficientemente listo como para adquirir lo que se llama amabilidad.
87. Los hombres autoritarios mandará incluso a su Dios, hasta tal punto de creer estar a su servicio.
89. Lo llama lealtad para con su partido: pero es sólo su holgazanería la que ya no le deja levantarse de esa cama.
94. En torno al héroe todo se convierte en tragedia; en torno al semidiós –todo sátira.


[1] Más allá del bien y del mal. Preludio a una filosofía del futro. Introducción, traducción y notas de Andrés Sánchez Pascual. Alianza Editorial, Biblioteca de bolsillo. P. 116
[2] Cfr. “De la visión y enigma” en Así hablo Zaratustra.


Una interpretación del aforismo 153 de Más allá del bien y del mal de Nietzsche.

[153

Lo que se hace por amor acontece siempre más allá del bien y del mal.]

 

1

Mencionemos antes de interpretarlo a nuestro discernimiento los errores más comunes para querer interpretar a Nietzsche:

Tratar de ver sistema o un libro en donde se exponga todo su pensamiento; no hay un sistema en Nietzsche, sin embargo, tampoco existen sólo fragmentos inconexos. Sus aforismos son ligeros, intentan sólo hacer visible en más de las veces un error del entendimiento; no por ello es falto de profundidad en su metodología genealógica: no es sólo ver el pathos oculto en el discurso u otras formas de la expresión humana en el más amplio sentido, es mostrarnos como animales profundamente fantasiosos, creativos: creamos y re-creamos nuestra realidad en último término.

 

2

No podemos dejar de querer, de proyectarnos hacia el mundo, la metodología genealógica sólo nos permite ver esas ascendientes. Es la denuncia misma de la imposibilidad de  la idealización, de creer en algo así como objetividad a ultranza; la denuncia es en pocas palabras pensar en una visión del mundo fuera de la humana, fuera de todo dogma. Es ver en el mundo, perspectivas.

 

Solamente mediante el olvido, de sabernos imposibilitados para la objetividad, para conocer la esencia última de las cosas, surge la verdad.

 

La verdad como olvido de nuestra perspectiva –la humana, un error gracias al cual se pude vivir sin sufrir, a ello les ayuda el olvido a los animales más endebles.

 

3

Debajo de todo saber se encubre recónditamente un sentimiento, dónde el saber, ese saber en específico, encuentra su trama, su tirano y su finalidad.

 

 

4

Ese sentimiento no desea ver las cosas o saber de ellas por simple curiosidad, la ciencia trata de conocer las cosas para dominarlas, para tratar de sacar provecho de ese saber. Nos vendimos la idea de que nuestro entendimiento puede cambiar la realidad y sus determinaciones –Unamuno ve en ello nuestro miedo a la muerte, no obstante se encuentra de igual forma nuestra ambición por tratar de escapar a la muerte -la búsqueda de un Nirvana del saber, escapar de nosotros; los hombres de rebaño, los muertos de alma, encontraran cualquier motivo para realizarlo (la razón de existir de tanto arte romántico y tanta iglesia).

 

5

Un saber abnegado quiere ocultase ese sentimiento, por tanto siempre buscara justificarse con otros argumentos a su favor.

 

6

Verdad y mentira sólo son relaciones –lógicas por supuesto- que no se encuentran en las cosas, el humano las ha colocado ahí, para ocultarse el sinsentido, para sentirse a salvo en un mundo manipulable.

 

7

La división cartesiana de mente-cuerpo es uno de los más groseros corolarios de nuestro sentimiento de superioridad frente a lo animal; distinguir la posibilidad de reducir lo mental a lo físico nos parece una grosería, reducir lo absurdo a lo racional es una molestia para lo humano; de ello se quiere llegar a la conclusión de un algo especial en lo humano, lo mental es tan especial a diferencia de todos los demás organismos faltos de ese proceso o facultad, que literalmente no queremos reducirlo o reducir eso hacia lo animal –a un proceso delimitado en un órgano, el cerebro.

 

8

Nuestra supuesta racionalidad podría interpretarse como un mal chiste de la naturaleza, mientras nos ayuda a subyugar a otros animales termina por aplastarnos con la mayor sutileza, con la mayor nimiedad; tanto deprimido en nuestra sociedad debería darnos un profundo asco, debería ser una cuestión de sanidad publica; bien pues eliminemos a los mal-logrados por nuestro amor a ellos. Nuestro más grande amor debe reflejarse como el árbol que crece al cielo: entre más profundo haciende, más encaja sus raíces al suelo, en lo pérfido y duro del ser. De la vida.

 

9

La razón nos hace miserables por antonomasia –no podemos eludir el pensar en nosotros mismos, asi hablan los mal-logrados. Por ello existirá siempre cualquier tipo o artimaña para alejarnos de nosotros –moda, partidos, política, entretenimiento, religión…

 

10

Si tenemos en mente, la falta de relaciones objetivas en la naturaleza, y con ello toda verdad no-humana o sobre-humana quedara puesta toda verdad o verdades en el hilo de la concepción humana, en sus relaciones, darnos cuenta de ello presupone entender en lo humano la construcción de esas relaciones. No hay blanco ni negro, solo hay un ojo posibilitado para verlo, un sujeto que nombra negro y blanco, pero todo ellos sobre la base de sus posibilidades, y porque no decirlo, de una ceguera para otras relaciones. Una equivocación en ello de mostraría como si el todo fuera necesario, fijo, pre-figurado; mas ello, no significa que en su miopía el pensador no pueda creer una gran armonía.

 

11

La moral como convención de bueno y malo, es la concatenación de nuestros supuestos, de nuestras percepciones, de nuestro blanco y negro. No es más, no puede ser más. Tratar de llegar a un punto en donde reconocemos estos elementos como puramente convencionales es salir de bueno y malo, es salir de la moralidad. Y por tanto un ir más allá de lo bueno y malo...

 

12

Salir de la moralidad es salir de relaciones como bueno-malo, verdadero-falso… No es superarlas, es ir más lejos de ellas. El amor nos reitera nuestra animalidad. nuestra fuerza creativa para con la realidad, viola entonces toda posibilidad de encadenarlo a esos presupuestos; en lo animal no entendemos de realizaciones o progresiones, si liberamos el acto amoroso y sexual del yugo de lo moral estaremos aun paso de entrar a un sentido extra-moral. No existe un deseo de creer en la perfección en el sentido extra-moral, sólo de un acontecer, de la inocencia del devenir que reúne y aleja lo deseado, más no al deseo mismo...

 

13

 

Nietzsche concluirá entonces:

 

¿No es el objeto amado, si no nuestros propios deseos lo que en realidad amamos? Todo el conocimiento es un asombrarnos por nuestras capacidades, por lo puesto en juego por lo humano; nadie puede sostener ahora la posibilidad del conocimiento por el conocimiento mismo: tal cosa no existe, siempre estamos en la búsqueda de salvar nuestra alma, de vivir a base de la utilización de esos conocimientos, de alejarnos de una vida dura en la incertidumbre: ella nos duele profundamente, por ello inventamos triquiñuelas mentales como: el yo, a dios, al saber.

Y por tanto el ser del hombre es crear; crear fuera de lo moral es una de sus posibilidades, sin la perversión de lo Bueno y de lo malo.

¿Quién lograra tener ese bueno y malo para crear con esa fuerza intempestiva del corazón y la razón clavada en las entrañas?

¿Quién puede decir en vez de amor, un esto: un aquí y ahora dado por la inocencia de la vida, alguien quien no desea poner motes a la cosas, degenerando así su ser más íntimo, disfrutando de lo que es el instante: el suceder, el dar-se en un auto-reconocimiento en otro que, se busca, se pierde y se encuentra en otro sin cesar? Sólo quien es tan fuerte para no arrepentirse de esa locura, que no tiene miedo a olvidarse, a caer en la ilusión de la vida, en el dolor más grande que trae el placer más intenso –el desbordarse y querer su caída en otro, su ocaso (como Zaratustra al bajar de su montaña) tendrá ocasión de entender ese sentido extra-moral;   un a la vida, un goce obtenido en vida nos clava en un contrato que, al vernos rumiar y acongojarnos estúpidamente, nos escupe cuando queremos hablar como sufrientes o decepcionados: ya disfrutamos de la vida, arrepentirnos de ella es parte de la mugre de esta existencia: ¡ayudémosles a morir a todos los decepcionados y mal-logrados! 

¡Son parte de la promesa de un trasmundo, quieren tener la ofrenda de la felicidad eterna, no desean sufrir –es connatural a lo vivo sufrir sin la promesa de la felicidad- porquería cristiana sin más, debería ser arrancada de la vida toda esa bazofia, ese sería el verdadero amor de un Dios!

 

14

Sexo y razón. Quien ama, y entiendo lo extra-moral del sentir entiende dos cosas simples, el sexo y la razón.

 El sexo como parte de la expresión animal, un desbordarse en otro, gracias a la fuerza al goce sin sentido, por el placer. El placer como parte de un festejo por re-encontrarse con el todo, la individuación del ser es un desgajarse en un dolor eterno, perdernos nos hace penetrar en ese dolor y gozar del mismo, lo tocamos tan profundamente que produce un estado estético levado.

La razón como producto del cuerpo, concede el entender el sentimiento trágico de la vida; no ocultándose lo pernicioso del acto de poseer a lo amado, de gozar con el cuerpo. Bueno y malo significan ahora para la razón partes de un todo, que solo señalamos en extremos tontamente, reconoce ahora, simplemente diferencias de grado, más no ya contrarios.

15

La razón llega a un estado estoico de la existencia. Entiende como los viejos estoicos que placer y dolor no encajan en nuestras denominaciones de lo bueno y malo. Lo que sucede en la vida sólo es aprehendido por la razón defectuosamente es excedido por el sentir.